Los productos naturales en el mercado local son un deleite. frescura en cada bocado. La dueña es encantadora, siempre dispuesta a ofrecer atención personalizada y crear un ambiente acogedor. El alojamiento, aunque compacto, es perfecto para descansar.

El servicio de recepción dejó un poco que desear, con una actitud algo fría y sin ayuda para las maletas, pero eso no opacó el encanto del lugar. ¡Una pequeña anécdota en un viaje delicioso!

Es pintoresco, la dueña es un amor, y la habitación, aunque pequeña, es cómoda. ¡Esa amabilidad te hace sentir en casa!

Pero, ¿quién necesita agua caliente, verdad?

Todo bien, pero el servicio deficiente.

La habitación era un poco pequeña, pero muy cómoda. La atención de la dueña fue increíble, siempre dispuesta a ayudar. ¡Definitivamente volvería!

No había agua caliente y las maletas las bajaron de mala gana. Por cierto, hubiese esperado un café de cortesía al irme, pero para qué. Casi dejo una buena reseña, pero la falta de atención lo arruinó todo.

Familias a las que les guste lo acogedor

El lugar es pintoresco, y la dueña es muy linda y amable. Me sentí bienvenido desde el primer momento, ella oferta muchas atenciones personalizadas que no esperabas.

Aunque no fue barato, todavía se siente aceptable.

Habitación pequeña pero muy cómoda para una noche maravillosa con atención de calidad

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La habitación era cómoda, pero no había agua caliente en mi estadía.

El lugar es acogedor y pintoresco. Las habitaciones, aunque no muy grandes, son cómodas para descansar. Mi prometido y yo disfrutamos de la cercanía al estadio Cuauhtémoc, perfecto para un evento rápido. La atención de la dueña fue excepcional.

Para los padres de familia estaría bien contar con más opciones de entretenimiento para los pequeños.

Fue una buena elección para una noche en Huejotzingo, con buena calidad considerando el precio. Me gustó que los productos naturales del mercado local hicieron que mi desayuno fuera un deleite. Si tienes problemas de movilidad, avisa antes, ya que las escaleras pueden ser incómodas.

La habitación era estándar y cómoda, ideal para descansar después de un día largo. Sin embargo, el servicio dejó mucho que desear. la atención en la recepción fue deficiente, y no me ayudaron con las maletas. Además, no había agua caliente, lo que fue muy incómodo y el personal no se mostró dispuesto a resolverlo. En el pueblo, la seguridad es una preocupación, lo cual puede desanimar a algunos viajeros.

Tuvimos una maravillosa estancia. Nos sentimos seguros y agradecemos a Andrés por su amabilidad y cortesía. El chofer Jorge fue puntual y profesional, y el dueño del hotel hizo un esfuerzo por asegurarse de que todo estuviera bien. ¡Definitivamente regresaremos!

Recomendaría almohadas más cómodas.